The Most Holy Body and Blood of Christ, Year C-2022

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Bless, Break, Share, and Serve

Christ shares his blood with us as we bless with him the cup of thanksgiving. And he shares his body as we break the bread.

Nowadays, we voice out in the open not so noble feelings; we rant. We are more ready to curse than to bless, to tell others to their faces their faults, real or imagined. That is how rude we seem to have become, meek and humble of heart no more.

Is such lack of shame a cause or an effect of the divisions today? But be it as it may, to curse, on the part of the polarized, also means to gather so as to hoard, and to control.

And not a few of those who curse rather than bless belong to the Church; they eat the Lord’s Supper. There is no lack of Catholics, for instance, who do not mince words even when they deal with Pope Francis.

Do they seek to trap the Pope and find ground to bring him to trial? Did they not do so with Jesus those who brought before him the woman caught in adultery? For if the Pope does not teach or do what they want, they can bring him to trial for heresy (see also). But if he goes along with them, he will look harsh. Hence, he will lose those like him for his mercy.

Called to bless

But Christians are to bless, and not curse (1 Pt 3, 9). In fact, to eat the Lord’s Supper is to pledge to bless, to break so as to share, and to serve. To find joy in Christ’s Real Presence means to remember the Slave of all, so he may be our member time and again.

He came not to be served but to serve, to give his life to save all. His concern is for others; he is always aware of their needs. And he welcomes those from the outskirts.

Do we behave as he? Or, is it that we lord it over others and seek to be served? Do we not look out just for own interests?

And there is no praise for us if we eat the Lord’s Supper and foster factions at the same time. That is to say, if we let the poor go hungry and we put them to shame. For that will mean to sin against the Lord’s body and blood. And for failing to grasp the body, we run the risk of eating and drinking judgment on ourselves, and of getting sick.

Yes, we Christians should feel for others so we may not be just caricatures of the Christian (SV.EN XII:222). Jesus does not allow us to send away those who are hungry; he asks us to feed them.

Lord Jesus, priest forever like Melchizedek, bless us as you bring out bread and wine.


19 June 2022

Most Holy Body and Blood of Christ (C)

Gen 14, 18-20; 1 Cor 11, 23-26; Lk 9, 11b-17


VERSIÓN ESPAÑOLA

Bendecir, partir, compartir y servir

Cristo, al bendecir el cáliz de acción de gracias, nos hace compartir su sangre. Y al partir el pan, nos hace compartir su cuerpo.

Hoy día, voceamos sentimientos poco nobles. Estamos más dispuestos a maldecir que a bendecir, a echarles en cara a otros sus faltas, ciertas o imaginarias. Así de rudos parece que nos hemos vuelto; ya no somos mansos ni humildes de corazón.

¿Es causa o es efecto de las de hoy tal descaro? Pero sea lo que sea, el maldecir de los bandos, el unir para amasar, y el dominar son uña y carne.

Y no pocos de los que maldicen en vez de bendecir son de la Iglesia; comen la Cena del Señor. Entre los católicos, no faltan los que no tienen pelos en la lengua ni aun cuando se trata del Papa Francisco.

¿No buscan atrapar al Papa y acusarlo los que discrepan con él? ¿No lo hacían con Jesús los que le trajeron una adúltera? Pues si el Papa no dice ni hace lo que los críticos quieren, lo podrán acusar por hereje (véase también). Pero si él se pone de acuerdo con ellos, se mostrará duro. Por lo tanto, ya no lo aceptarán, por su compasión, las gentes.

Llamados a bendecir

Pero nos toca a los cristianos bendecir, y no maldecir (1 Pd 3, 9). De hecho, comer la Cena del Señor es comprometernos a bendecir, a partir para compartir, y a servir. Gozar de la Presencia Real de Cristo quiere decir hacer memoria del Esclavo de todos para que sea miembro nuestro una y otra vez.

Él no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida para salvar a todos. Mira más por los demás que por sí mismo; siempre se da cuenta de lo que necesitan. Y acoge a los de las periferias.

¿Nos portamos de verdad como él? O, ¿es que tratamos de dominar a los demás, de buscar que ellos nos sirvan? ¿No nos encerramos en nuestros intereses?

Y no es loable comer la Cena del Señor y a la vez promover las facciones. Es decir, dejar pasar hambre a los pobres y avergonzarlos. Pues esto es profanar el cuerpo y la sangre del Señor. Y por no captar de qué cuerpo se trata, corremos el riesgo de beber y comer juicio y de enfermarnos.

Sí, los cristianos hemos de ser compasivos para no ser cristianos en pintura no más (SV.ES XI:561). No se nos permite despedir a los que tienen hambre; se nos dice: «Dadles vosotros de comer».

Señor Jesús, sacerdote eterno que sacas pan y vino al igual que Melquisedec, no nos dejes de bendecir.


19 Junio 2022

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (C)

Gén 14, 18-20; 1 Cor 11, 23-26; Lc 9, 11b-17