Ascension, Year B-2021

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Heaven, Where the Risen Christ Is

Jesus went up to heaven and sits at the right hand of God. That is why we gaze on him, the same one who also came down to earth.

To rise with Christ means to seek what is in heaven (Col 3, 1). But after the ascension, the eleven go forth to preach. Is it due to their being asked, “Why are you standing there looking up to heaven?”

Such question seems to say there is much work for the apostles, not above, but below. They are only to look up to see to it that what they do here matches what is up there (Ex 25, 40; Heb 8, 5). The Father’s kingdom come, yes; his will be done on earth as in heaven. So then, they are encouraged to make this world better, to build a more human world (GS 39. 57)

Jesus went up to heaven, yes, and left us here to preach the Good News. And there is the reminder that to “go up” also means to go down to earth (Eph 4,9). It could be a way to spur us on to accept our mission. That is to say, to stay in the flesh for others’ good, rather than leave to be with Christ (Phil 1, 23-25).

But what is certain is that, no matter our choice, we are to see to it that Jesus fills all things (Eph 4, 10). We should pray that we and others have the fullness of God (Eph 3, 19). That we all be human to the full in the measure of Christ’s fullness (Eph 4, 13).

To live in world like Christ means to go up to heaven like him.

The Son of God came down from heaven to show humanity at its best due to repentance, renewal, ascent. The Word embodied justice, peace and supportive love. He did not look out for number one. To be the last and the slave of all was what he took upon himself. And in the end, he gave up his body and shed his blood for others. Hence, God raised him; the Son went up to heaven.

We Christians, of course, are urged to have the same attitude as Christ. That is to say, we have to change the way we think, feel, behave, so that it is the Teacher’s. Not that of the world. We will go about doing good. Far be it from us to be like the snails that would rather look out for themselves. We will relieve the sufferings of those before us that God shows us (SV.EN XII:81-82).

No, we shall not give in to the world’s selfishness and greed. We will empty ourselves to put on Jesus Christ (SV.EN XI:311). If we lack compassion, a sure sign that Christ is not with us, we will be caricatures of a Christian, we will not even be human (SV.EN XII:222). Neither shall we rise nor go up to heaven.

Lord Jesus, make us, as we look up to heaven, strive to build a world that is more fit for humans.


16 May 2021

Ascension of the Lord (B)

Acts 1, 1-11; Eph 1, 17-23; Mk 16, 15-20


VERSIÓN ESPAÑOLA

Cielo, donde está Jesús Resucitado

Jesús subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Por lo tanto, nos fijamos en él, el mismo que antes bajó a la tierra.

Resucitar con Cristo quiere decir buscar los bienes del cielo (Col 3, 1). Pero después de la ascensión, los once se van a pregonar el Evangelio. ¿Será por la pregunta: «¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?».

Con esa pregunta, es como se les dijese que hay mucho trabajo que los espera no arriba, sino abajo. Solo se mira hacia arriba para asegurar que todo acá sea réplica exacta de lo que se ve allá (Éx 25, 40; Heb 8, 5). Venga, sí, el reino del Padre; hágase su voluntad en la tierra como en el cielo. Así pues, se les aviva a mejorar este mundo, a construir un mundo más humano (GS 39. 57).

Ya subió Jesús al cielo, sí, y nos dejó aquí con la misión de proclamar el Evangelio. Y se nos recuerda que «subir» supone bajar antes a la tierra (Ef 4, 9). Puede ser que así se nos anime a aceptar nuestra tarea. Es decir, a quedarnos en esta vida para provecho ajeno, en vez de partir para estar con Cristo (Fil 1, 23-25).

Pero lo cierto es que, no importa cuál prefiramos, nos toca procurar que Jesús lo llene todo (Ef 4, 10). Ha de ser nuestra oración que nosotros y los demás nos colmemos de la plenitud de Dios (Ef 3, 19). Que todos logremos ser hombres perfectos a la medida de la estatura de Cristo en su plenitud (Ef 4, 13).

Vivir en el mundo al igual que Cristo quiere decir subir al igual que él al cielo.

El Hijo de Dios bajó del cielo para mostrarnos lo mejor de la humanidad convertida, renovada, ascendida. El Verbo encarnó la justicia, la paz y el amor solidario. No se encerró nunca en sus intereses. Se tomó el ser el último y esclavo de todos. Y al fin, entregó su cuerpo y derramó su sangre por los demás. Es por eso que Dios lo levantó; subió al cielo el Hijo.

Y se nos exhorta, claro, a que los cristianos tengamos esa misma actitud de Cristo. Es decir, hemos de cambiar el modo de pensar, sentir y actuar del mundo por el del Maestro. Pasaremos haciendo el bien. No imitaremos a los caracoles que se prefieren encerrar en la concha. Aliviaremos, más bien, los sufrimientos de los que se nos presentan, los sufrimientos que nos da a conocer Dios (SV.ES XI:397-398).

No, no nos ajustaremos al egoísmo y la codicia del mundo. Nos vaciaremos, sí, de nosotros mismos, para revestirnos de Jesucristo (SV.ES XI:236). Si nos falta la compasión, lo que querrá decir que no está con nosotros Cristo, seremos cristianos en pintura, ni siquiera humanos (SV.ES XI:561). Tampoco se nos levantará ni se nos hará subir al cielo.

Señor Jesús, haz que al mirar al cielo, nos esforcemos por construir un mundo más digno de los hombres.


16 Mayo 2021

Ascensión del Señor (B)

Hch 1, 1-11; Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20